Gerardo Valdivieso Parada
Unión Hidalgo, Oax.- Defensores comunitarios vuelven a denunciar la explotación ilegal del cerro de la Llovizna que pertenece al territorio de esta comunidad indígena, que apenas en febrero de este año habían logrado que se clausurara como banco de piedra, cuando en realidad es una mina a cielo abierto clandestina para extraer hematita.
Los defensores comunitarios denunciaron que se está extrayendo 20 volteos por hora de la cima del Cerro, “esto es, 140 metros cúbicos de hematita por hora” con la utilización de 3 orugas y 22 volteos.
Los integrantes de subcomunidad agraria e indígena de Unión Hidalgo, explicaron que el Cerro la Llovizna es un santuario de la biodiversidad que incluye una ciénega y varios nacederos de agua y está bajo amenaza por el uso indebido explosivos, por lo que hicieron un llamado a Karime Unda Harp, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Energías y Sostenibilidad “para que ponga fin a este daño ambiental”.
El cerro señalado forma parte de los terrenos que comparte Unión Hidalgo con el Ejido del municipio de Juchitán: La Ventosa, que en la agencia lo conocen como cerro Eustaquio, aunque las afectaciones son de lado de Unión Hidalgo.
El material que se ha estado extrayendo durante cinco años en el cerro es la hematita, que es un oxido férreo que se utiliza para producir cemento, que en esta zona se encuentra en altas cantidades. También existen otros minerales como cuarzo y oro, según un estudio realizado por la empresa minera canadiense Riverside Resources.
Esta empresa que tiene su sede en Vancouver, le fue concedido por el gobierno mexicano una concesión para explotar el cerro de la Llovizna para obtener oro, la minera exploró el sitio pero ha postergado el proyecto.
La concesión entregada a la empresa canadiense impide que otra empresa explote el lugar para extraer minerales, fue uno de los factores por lo que los que explotaban el cerro disfrazaron la mina a cielo abierto como extracción de material pétreo.
Desde el 2017 durante un recorrido de los activistas en el polígono en donde se pretendía instalar el parque Eólico Gunaa Sicarú, detectaron la extracción de material pétreo del cerro. En ese año la agente municipal de la Ventosa, Etelvina López Valdivieso, abrió la puerta a la explotación del cerro al darle permiso a un geólogo de la ciudad de México, Leonardo Triay Cisneros, a cambio de algunos beneficios.
En el 2019 ejidatarios de La Ventosa interpusieron un amparo en el Juzgado Séptimo de Distrito en Salina Cruz para detener la explotación minera, pero por los intereses económicos que surgieron con la explotación los denunciantes fueron amenazados para que se desistieran de su denuncia.
A finales de ese año el defensor comunitario Edgar Martín regalado, presentó una denuncia ciudadana ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) por tala y quema de flora protegida, misma que fue remitida a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).
En el 2022 los defensores comunitarios se dieron cuenta que se estaba utilizando dinamita, por lo que solicitó la apertura de carpeta de investigación en la Fiscalía General de la República (FGR) por uso de explosivos sin permiso de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en la mina a cielo abierto.
En febrero de 2023 inspectores de la Procuraduría de Protección al Medio Ambiente del Estado de Oaxaca (Propaeo), atendiendo a la denuncia de defensores comunitarios, clausuraron el banco de extracción de materiales pétreos, que ha vuelto a ser explotado.
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